SALVAR AL CORAZON Y QUEMAR GRASAS
Todos saben que la actividad aeróbica es buena para el corazón. Correr o andar en bicicleta regularmente, por ejemplo, mantiene al corazón vigoroso, haciendo de él un músculo más fuerte y eficiente. El work-out también facilita el drenaje de sangre en las pequeñas células -los capilares y las arteriolas- previniendo y ayudando a eliminar las placas formadas por depósitos de grasas, una de las mayores causas de enfermedades cardíacas, de acuerdo a James B. Halligan, director del Gramercy Park Sports Medicine Center, de Nueva York.
Ahora también se sabe que el entrenamiento pesado -aumentar la fuerza a partir de ejercitar la resistencia de los músculos- hace lo mismo y más. Contra la falta de gravedad, las contracciones musculares agilizan las venas ayudando a la sangre a llegar al corazón. Y esto es solo el comienzo.
"Eí entrenamiento pesado no es solo una cuestión de vanidad", explica el doctor Linn Goldberg de la Oregon Health Sciences University, de Portland. "También ayuda a la salud cardiovascular al reducir los factores de riesgo, al mismo tiempo que controla la gordura del cuerpo".
Goldberg observa a los potenciales beneficios del ejercicio como la frontera de la investigación médica y ubica la investigación en la fuerza como el punto clave de esa frontera. Sus estudios, conducidos con su colega, la doctora Diane Elliot, han demostrado que el entrenamiento físico mejora los niveles de colesterol, quema las grasas y provee una respuesta cardiovascular que reduce la presión sanguínea a nivel cardíaco.
Goldberg ha descubierto, por ejemplo, que los fisicoculturistas de competición tanto hombres como mujeres) muestran la misma mejora en los niveles de colesterol sanguíneo que los corredores de élite. De las investigaciones realizadas se desprende que:
- Este tipo de entrenamiento incrementa los niveles de HDL (lipoproteínas de alta densidad) -el denominado colesterol bueno, del que tantas veces hemos hablado en esta revista- una forma de colesterol que parece reducir el riesgo de una enfermedad cardíaca, y es un enemigo del LDL (lipoproteínas de baja densidad), también llamado colesterol malo.
- También ayuda a quemar grasas, un elemento clave para mejorar la salud cardiovascular y la apariencia. Son buenas noticias, teniendo en cuenta que hasta hace algunos años la mayoría de los investigadores consideraban que solamente el ejercicio aeróbico ayudaba a reducir y a controlar el peso.
- El excedente de calorías que el metabolismo continúa quemando después de hacer ejercicio es mayor al levantar pesas que practicando ciclismo. Después de hacer un testeo, se descubrió que el entrenamiento muscular elimina un 36% más de calorías que el ciclístico.
- Construir músculos tiene otro innegable beneficio cardiovascular: hace que la actividad diaria sea menos pesada para el corazón. Piernas bien entrenadas alcanzan con más facilidad el transporte público o suben una escalera sin agarrotarse. Unos brazos musculosos y una espalda fuerte pueden cargar con más facilidad a un chico cansado de caminar. Quienes practican actividades que desarrollan músculos son menos propensos al estrés y por lo tanto su riesgo de enfermedades cardíacas es menor.
Todos saben que la actividad aeróbica es buena para el corazón. Correr o andar en bicicleta regularmente, por ejemplo, mantiene al corazón vigoroso, haciendo de él un músculo más fuerte y eficiente. El work-out también facilita el drenaje de sangre en las pequeñas células -los capilares y las arteriolas- previniendo y ayudando a eliminar las placas formadas por depósitos de grasas, una de las mayores causas de enfermedades cardíacas, de acuerdo a James B. Halligan, director del Gramercy Park Sports Medicine Center, de Nueva York.
Ahora también se sabe que el entrenamiento pesado -aumentar la fuerza a partir de ejercitar la resistencia de los músculos- hace lo mismo y más. Contra la falta de gravedad, las contracciones musculares agilizan las venas ayudando a la sangre a llegar al corazón. Y esto es solo el comienzo.
"Eí entrenamiento pesado no es solo una cuestión de vanidad", explica el doctor Linn Goldberg de la Oregon Health Sciences University, de Portland. "También ayuda a la salud cardiovascular al reducir los factores de riesgo, al mismo tiempo que controla la gordura del cuerpo".
Goldberg observa a los potenciales beneficios del ejercicio como la frontera de la investigación médica y ubica la investigación en la fuerza como el punto clave de esa frontera. Sus estudios, conducidos con su colega, la doctora Diane Elliot, han demostrado que el entrenamiento físico mejora los niveles de colesterol, quema las grasas y provee una respuesta cardiovascular que reduce la presión sanguínea a nivel cardíaco.
Goldberg ha descubierto, por ejemplo, que los fisicoculturistas de competición tanto hombres como mujeres) muestran la misma mejora en los niveles de colesterol sanguíneo que los corredores de élite. De las investigaciones realizadas se desprende que:
- Este tipo de entrenamiento incrementa los niveles de HDL (lipoproteínas de alta densidad) -el denominado colesterol bueno, del que tantas veces hemos hablado en esta revista- una forma de colesterol que parece reducir el riesgo de una enfermedad cardíaca, y es un enemigo del LDL (lipoproteínas de baja densidad), también llamado colesterol malo.
- También ayuda a quemar grasas, un elemento clave para mejorar la salud cardiovascular y la apariencia. Son buenas noticias, teniendo en cuenta que hasta hace algunos años la mayoría de los investigadores consideraban que solamente el ejercicio aeróbico ayudaba a reducir y a controlar el peso.
- El excedente de calorías que el metabolismo continúa quemando después de hacer ejercicio es mayor al levantar pesas que practicando ciclismo. Después de hacer un testeo, se descubrió que el entrenamiento muscular elimina un 36% más de calorías que el ciclístico.
- Construir músculos tiene otro innegable beneficio cardiovascular: hace que la actividad diaria sea menos pesada para el corazón. Piernas bien entrenadas alcanzan con más facilidad el transporte público o suben una escalera sin agarrotarse. Unos brazos musculosos y una espalda fuerte pueden cargar con más facilidad a un chico cansado de caminar. Quienes practican actividades que desarrollan músculos son menos propensos al estrés y por lo tanto su riesgo de enfermedades cardíacas es menor.