En general un deportista busca tener un compañero de entrenamiento para motivar e inspirar y empujar a quien entrena hacia terrenos donde nunca habría llegado por uno mismo. Esto requiere la presencia de alguien cuyos hábitos de entrenamiento estén en perfecta sintonía con los tuyos.
Pero esa persona es muy difícil de encontrar. Aunque se la haya conocido durante años, no se tiene por qué saber cómo será el hecho de entrenar con ella ya que bajo intensas condiciones de entrenamiento donde aparecen rasgos desconocidos, se puede arruinar el trabajo de ese día. Quizás el compañero tarda mucho en iniciar una serie, o habla demasiado, o se distrae con tonterías, o tiene malos hábitos mientras hace repeticiones. El efecto neto en esos casos es que el compañero come nuestra energía en vez de alimentarla.
Si les sucede algo como lo que se ha descrito, traten de terminar cortésmente ese compañerismo y tengan paciencia mientras buscan otro.
Pero esa persona es muy difícil de encontrar. Aunque se la haya conocido durante años, no se tiene por qué saber cómo será el hecho de entrenar con ella ya que bajo intensas condiciones de entrenamiento donde aparecen rasgos desconocidos, se puede arruinar el trabajo de ese día. Quizás el compañero tarda mucho en iniciar una serie, o habla demasiado, o se distrae con tonterías, o tiene malos hábitos mientras hace repeticiones. El efecto neto en esos casos es que el compañero come nuestra energía en vez de alimentarla.
Si les sucede algo como lo que se ha descrito, traten de terminar cortésmente ese compañerismo y tengan paciencia mientras buscan otro.