Al principio, fuimos peces.
Nos sumergíamos en las profundidades del mar, nos alimentábamos con plancton y respirábamos por branquias. Eran los tiempos en que el hombre todavía era un proyecto. Pasaron millones de años y la evolución de la especie dio por terminado el modelo.
Sin embargo, tanto tiempo de vida acuática dejó marcada su huella. Jamás perdimos la habilidad de movilizarnos por un medio líquido ni el deseo de dejar, de vez en cuando, de ser terrestres para volver a ser del mar. En esta nota intentamos volver al principio. Le proponemos conocer cada movimiento y detalle para saber nadar a la perfección y disfrutar a pleno del agua. Como en los viejos tiempos.
Todo el mundo sabe que nadar es bueno para la salud. Pero ¿está usted enterado exactamente por qué? A continuación se lo contamos:
• Ejercita armónicamente todos los grupos musculares.
• Aumenta y refuerza la capacidad pulmonar.
• Intensifica la actividad cardíaca y la circulación sanguínea.
• Mejora la coordinación.
• Favorece la ubicación espacial del cuerpo.
• Libera las tensiones.
• Incrementa la resistencia al esfuerzo.
• Mejora la capacidad de recuperación física.
• Consume unas 450 calorías por hora, lo que permite un mayor control del peso corporal.
• Favorece la flexibilidad del cuerpo
• Es muy beneficiosa para personas con problemas de columna, lumbago y dolor de espalda.
• Es practicable por personas de todas las edades.
• Se recomienda para la rehabilitación de personas con problemas de columna, afecciones respiratorias, cardíacas y psicomotrices. Una de las razones por la que este deporte puede ser un medio rehabilitante, en el caso de lesiones físicas, es que el agua no ofrece impactos severos en las articulaciones.
Hasta aquí citamos todos los beneficios que aporta la natación. Pero es justo también mencionar una crítica que se le hace a este deporte.
La natación no es un gran quemador de grasas. Según estudios recientes este deporte en comparación con el trote y andar en bicicleta gasta muchísimas menos calorías. La culpa parece tenerla la acción refrigerante del agua y que el cuerpo se mantiene en suspensión.
En cambio en el trote existe un traslado del propio cuerpo lo que demanda un mayor gasto de energía. Por lo demás, nadar es puro beneficio.
Nos sumergíamos en las profundidades del mar, nos alimentábamos con plancton y respirábamos por branquias. Eran los tiempos en que el hombre todavía era un proyecto. Pasaron millones de años y la evolución de la especie dio por terminado el modelo.
Sin embargo, tanto tiempo de vida acuática dejó marcada su huella. Jamás perdimos la habilidad de movilizarnos por un medio líquido ni el deseo de dejar, de vez en cuando, de ser terrestres para volver a ser del mar. En esta nota intentamos volver al principio. Le proponemos conocer cada movimiento y detalle para saber nadar a la perfección y disfrutar a pleno del agua. Como en los viejos tiempos.
Todo el mundo sabe que nadar es bueno para la salud. Pero ¿está usted enterado exactamente por qué? A continuación se lo contamos:
• Ejercita armónicamente todos los grupos musculares.
• Aumenta y refuerza la capacidad pulmonar.
• Intensifica la actividad cardíaca y la circulación sanguínea.
• Mejora la coordinación.
• Favorece la ubicación espacial del cuerpo.
• Libera las tensiones.
• Incrementa la resistencia al esfuerzo.
• Mejora la capacidad de recuperación física.
• Consume unas 450 calorías por hora, lo que permite un mayor control del peso corporal.
• Favorece la flexibilidad del cuerpo
• Es muy beneficiosa para personas con problemas de columna, lumbago y dolor de espalda.
• Es practicable por personas de todas las edades.
• Se recomienda para la rehabilitación de personas con problemas de columna, afecciones respiratorias, cardíacas y psicomotrices. Una de las razones por la que este deporte puede ser un medio rehabilitante, en el caso de lesiones físicas, es que el agua no ofrece impactos severos en las articulaciones.
Hasta aquí citamos todos los beneficios que aporta la natación. Pero es justo también mencionar una crítica que se le hace a este deporte.
La natación no es un gran quemador de grasas. Según estudios recientes este deporte en comparación con el trote y andar en bicicleta gasta muchísimas menos calorías. La culpa parece tenerla la acción refrigerante del agua y que el cuerpo se mantiene en suspensión.
En cambio en el trote existe un traslado del propio cuerpo lo que demanda un mayor gasto de energía. Por lo demás, nadar es puro beneficio.
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