El volumen sanguíneo se reduce durante
la práctica deportiva a medida que
el cuerpo transpira. Si no se toma suficiente bebida durante el desgaste físico, el flujo de sangre a los músculos y a la piel estará altamente comprometido. La fatiga muscular crece desde que aumenta la temperatura del cuerpo.
Esta claro que se pierden fluidos y sales minerales con el calor pero el frío también resulta un factor deshidratante de importancia. Es que, debido a las bajas temperaturas las personas no suelen notar que están transpirando después de realizar
actividades físicas. Todas estas pérdidas pueden reducir el volumen de sangre y hacer más lenta la circulación. Y, cuando esto sucede, el exceso de calor corporal se transmite a las extremidades y se produce, hipotermia o congelamiento.
Para asegurar una rápida y completa hidratación, entre distintas sesiones de entrenamiento, hay que comer alimentos que contengan sodio. La rehidratación completa sólo ocurrirá cuando los líquidos y el sodio perdidos por la transpiración sean totalmente repuestos. El sodio es importante para la expansión del volumen de sangre y recientes estudios han demostrado que la formación de orina es menor, y por lo tanto el volumen de sangre es mejor, luego de ingerir una bebida que contenga sodio que luego de tomar una gaseosa dietética sin sodio.
Cuando desarrollamos una actividad física severa, realizamos un esfuerzo que causa, inevitablemente, aumento en la temperatura del cuerpo y, para deshacerse de ese calor, éste comienza a transpirar.
Está demostrado que se puede mantener un ritmo cardíaco más bajo, un mayor volumen de sangre y una temperatura corporal más baja, tomando líquidos para reemplazar, al menos, el 80 por ciento de los fluidos perdidos por la transpiración.
Es un dato que no hay que olvidar cuando desarrollemos una actividad física que nos exija un esfuerzo.