El rayo láser divide la atmósfera humeante en las alturas mientras los acróbatas arriban al escenario. Miembros de Le Cirque du Soleil, una troupe de franceses y canadienses que viajan a través de Norteamérica, van a desafiar la gravedad, la ley de la física y la capacidad de asombro de la audiencia. Los artistas colocan doce sillas, una sobre otra, formando una curva en ángulo agudo.
Posteriormente trepan la precaria estructura, se colocan haciendo la vertical y se mantienen en el aire sosteniéndose con una mano del borde de la silla. Con sus pantalones plagados de estrellas y con colores excéntricos cubriendo sus brazos, los acróbatas han formado un arco humano. Su permanencia en el aire parece magia. Pero su magia es material, tangible, visible; el poder reside en cada uno, de hecho. La magia es músculo.
El poder radica en la fuerza. La fuerza nos ayuda a desafiar la gravedad y a permanecer de pie; sin ella, quedaríamos acostados y flaccidos como unos panqueques quemándose al sol. Es la base de toda la habilidad física, la coordinación y el equilibrio. ¿Pero si usted no es un acróbata, un gimnasta o un atleta, para qué necesita fortalecerse?
FUERZA Y LONGEVIDAD
Tanto para los hombres como para las mujeres, mantenerse fuertes de por vida es una buena idea -y no sólo por una cuestión de huesos-.
Nosotros necesitamos más de nuestra fuerza cuando envejecemos ya que es la única garantía para poder mantener la capacidad de valerse por uno mismo. A diferencia de la creencia general, es posible incrementar la fuerza a edades avanzadas.
Según un reciente estudio realizado en el Centro de Rehabilitación y Prevención del Envejecimiento, se tomó a 20 pacientes (12 mujeres y 8 hombres) de edades que oscilaban entre los 86 y 96 años con hábitos sedentarios al extremo, formas de alimentación inadecuadas y varias incapacidades físicas (como por ejemplo, la artritis).
Estos pacientes completaron un programa de ejercicios durante dos meses llevando a cabo un plan progresivo de entrenamiento de la fuerza muscular tres días por semana. Al cabo de ese tiempo se llegó a resultados sorprendentes: los participantes habían aumentado su fuerza muscular en un promedio de 174 por ciento y su velocidad de reacción a distintos estímulos en un 48 por ciento.
La conclusión del estudio fue que parte de la debilidad muscular atribuida al envejecimiento puede verse modificada a través del ejercicio, lo que modifica ampliamente las condiciones físicas y la calidad de vida de los mayores.
Posteriormente trepan la precaria estructura, se colocan haciendo la vertical y se mantienen en el aire sosteniéndose con una mano del borde de la silla. Con sus pantalones plagados de estrellas y con colores excéntricos cubriendo sus brazos, los acróbatas han formado un arco humano. Su permanencia en el aire parece magia. Pero su magia es material, tangible, visible; el poder reside en cada uno, de hecho. La magia es músculo.
El poder radica en la fuerza. La fuerza nos ayuda a desafiar la gravedad y a permanecer de pie; sin ella, quedaríamos acostados y flaccidos como unos panqueques quemándose al sol. Es la base de toda la habilidad física, la coordinación y el equilibrio. ¿Pero si usted no es un acróbata, un gimnasta o un atleta, para qué necesita fortalecerse?
FUERZA Y LONGEVIDAD
Tanto para los hombres como para las mujeres, mantenerse fuertes de por vida es una buena idea -y no sólo por una cuestión de huesos-.
Nosotros necesitamos más de nuestra fuerza cuando envejecemos ya que es la única garantía para poder mantener la capacidad de valerse por uno mismo. A diferencia de la creencia general, es posible incrementar la fuerza a edades avanzadas.
Según un reciente estudio realizado en el Centro de Rehabilitación y Prevención del Envejecimiento, se tomó a 20 pacientes (12 mujeres y 8 hombres) de edades que oscilaban entre los 86 y 96 años con hábitos sedentarios al extremo, formas de alimentación inadecuadas y varias incapacidades físicas (como por ejemplo, la artritis).
Estos pacientes completaron un programa de ejercicios durante dos meses llevando a cabo un plan progresivo de entrenamiento de la fuerza muscular tres días por semana. Al cabo de ese tiempo se llegó a resultados sorprendentes: los participantes habían aumentado su fuerza muscular en un promedio de 174 por ciento y su velocidad de reacción a distintos estímulos en un 48 por ciento.
La conclusión del estudio fue que parte de la debilidad muscular atribuida al envejecimiento puede verse modificada a través del ejercicio, lo que modifica ampliamente las condiciones físicas y la calidad de vida de los mayores.
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